Características de una red de colaboración docente eficaz

Fuente: XarxaTIC

Una de les cuestiones que me planteo siempre que me preguntan sobre redes colaborativas es la necesidad de que las mismas sean eficaces. Eficaces para conseguir los resultados deseados y mantener los mismos de forma progresiva a lo largo del tiempo.

Como he dicho alguna vez, hay cosas sobre las que escribo que están adaptadas de diferentes fuentes, que voy remezclando a mi manera, siendo ésta es una de ellas. Una en la cual uso los puntos que caracterizarían una red eficaz según Stephen Downes y, que me permito adaptar para caracterizar una red de colaboración docente efectiva (no efectista).

Por tanto, vamos a esos puntos:

La red ha de estar descentralizada

No tiene ningún sentido mantener una jerarquía vertical ya que, en caso de mantenerla, cualquier colaboración se verá fagocitada por las diferentes jerarquías que se hayan establecido. No estamos hablando de docentes de primera ni de segunda. Estamos hablando de una red colaborativa donde todo el mundo aporta dentro de sus posibilidades y, va ampliando su conocimiento e intervenciones, en base al establecimiento de colaboraciones horizontales al mismo nivel

La red ha de ser distribuida

Se llama red distribuida a aquella caracterizada por la ausencia de un centro individual o colectivo. Los nodos se vinculan unos a otros de modo que ninguno de ellos, ni siquiera un grupo estable de ellos, tiene poder de filtro sobre la información que se transmite en la red. Desaparece por tanto la divisoria entre centro y periferia (fuente: Wikipedia)

La red no debe tener intermediarios

Entre los docentes no puede haber intermediarios. Ha de ser posible establecer contactos personales entre todos los docentes que intervienen en la red sin existir ningún tipo de “entidad” o “persona” que actúe de membrana entre ellos. Los intermediarios en redes colaborativas lo único que generan es pérdida de tiempo e ineficacia ya que se presupone que todos los miembros que intervienen en la misma están igualmente cualificados (con diferentes conocimientos específicos). Una vez que se crean los intermediarios, se está creando artificiosamente una figura que, en lugar de facilitar el intercambio, lo obstaculiza y, hace que, en muchos casos, el mismo no se de

Los contenidos y servicios se han de desagregar

Las unidades de contenido (¿objetos de aprendizaje?) deben ser lo más pequeñas posibles y el contenido final no debe ser distribuido en las redes. En vez de ello, es el receptor quien, en esa comunicación omnidireccional, estructura sus contenidos y decide qué servicios usar para ello. Ello no obsta a que sea necesaria una plataforma donde se realice dicha comunicación, pero la misma siempre puede verse complementada por nuevos servicios por parte de cualquiera de los miembros de la red

La red ha de ser democrática

Democrática, horizontal y poco intervenida por controladores (necesarios para la gestión de la/s plataforma/s -al menos en sus inicios-). Las decisiones se toman colectivamente y todo el aprendizaje se distribuye con independencia de las características personales, geográficas o de otro tipo que tengan afección sobre los docentes que formen parte de dicha red

La red ha de ser dinámica

Dinamizar la red es una de las cuestiones más complicadas. Es muy difícil, después del boom inicial de intercambio de aprendizajes, intentar convertir a todos los miembros en continuos dinamizadores de la misma. También hemos de contar con el factor del “aprehendedor” que nunca participa de forma activa y, de la posibilidad de cansancio por parte de los miembros que la conforman. Uno de los grandes problemas que presenta cualquier tipo de red y, que lamentablemente, por muchas ganas que le pongan algunos, va a llegar a ese momento de saturación donde las dinámicas de funcionamiento van a ser más destructivas que constructivas

Unos puntos que, a pesar de la posibilidad de saturación de la red a medio plazo, nos establecen unas líneas básicas para crear una red docente colaborativa eficaz.